¿Quién eres tú? ¿Quien soy yo?

¿QUIEN SOY YO?

Ante la pregunta "¿Quién eres tú?” … ¿qué sucede?

¿Accedes y te cuentas una historia o respondes – brevemente – como un niño que no tiene la menor idea? Percibe ahora mismo, sentado ahí. ¿Quién eres tú? ¿Hacia dónde miras en busca de una respuesta?

Suspende temporalmente y mira lo que sucede. Poco a poco esa suspensión se vuelve tu realidad. No tengas prisa. Pero – al mismo tiempo – comienza a moverte en esa dirección. No hay un lugar para llegar, sin embargo, estás ante una gran aventura.

Saber quién eres te deja como dueño de ese “bicho enloquecido” que quiere llevarte a todos los lugares en tiempo y espacio, menos dejarte estar en paz, en quietud. La mente sigue con sus propuestas para esto y aquello, pero tú no la obedeces más. Ella no necesita dejar de existir – además, eso no va a suceder. Eres tú que necesitas dejar de seguirla en ese carrusel de tonterías.

¡Mira! No hay nadie, solo el Silencio que desciende y calma.

Después de un día lleno de cosas por hacer, estamos aquí. Y abrir esta puerta es entrar en la posibilidad de estar en paz contigo mismo, sin ningún vínculo con historia alguna.

Aunque parezca que la vida aleja esa posibilidad, en verdad, es una invitación más para aproximarte. El alejamiento no va a generar absolutamente nada que no sea deteriorado con el tiempo. 

Aquí, el juego es tuyo contigo mismo, mirando hacia el lugar correcto.

El verdadero amor no es una emoción.

El verdadero amor es paz.